Perú consolida su economía en 2024 y mira con optimismo hacia 2025


Las proyecciones para 2025 muestran un Perú con una economía más resiliente, donde la inversión en infraestructura y la diversificación de sectores clave serán fundamentales para consolidar el crecimiento sostenido.

Con un crecimiento proyectado del 3,1% para este año, según el Banco Mundial, Perú cierra el 2024 con señales de recuperación económica. Este repunte, respaldado por un aumento en el consumo interno, inversiones estratégicas y exportaciones sólidas, refleja un cambio notable respecto a los desafíos enfrentados en 2023. De cara a 2025, el país mantiene perspectivas optimistas, con un crecimiento esperado similar al actual, apoyado por la continuidad en proyectos de infraestructura clave y políticas macroeconómicas estables.

Según Juan Carlos Ocampo, economista y docente de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte (UPN), “el crecimiento proyectado para este año no solo refleja una recuperación económica, sino también el efecto positivo de decisiones clave, como la priorización de proyectos público-privados estratégicos. Por ejemplo, la entrada en operación del Puerto de Chancay y la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez no solo diversificarán los flujos comerciales, sino que posicionarán a Perú como un hub logístico en la región, atrayendo inversiones de largo plazo y generando hasta un 20% de crecimiento en la capacidad de exportación”.
Sectores clave impulsan la recuperación

Este año, el retiro de aportes de las AFP, permitieron inyectar liquidez al mercado interno, mientras que el avance de proyectos emblemáticos, entre ellos la Línea 2 del Metro de Lima. Este último, por ejemplo, no solo generó empleo, sino que también establecen las bases para la competitividad futura.

Por su parte, el sector minero desempeñó un rol protagónico gracias al incremento del precio del cobre y una mayor producción cuprífera, posicionando a Perú como un actor clave en el mercado global de minerales. Sectores como la pesca registraron un crecimiento superior al 20% anual, favorecidos por condiciones climáticas favorables.

En 2024, el sector minero contribuyó significativamente a las reservas internacionales, generando un superávit comercial que permitió estabilidad en el tipo de cambio y la inflación. Esto muestra cómo una gestión eficiente de nuestros recursos naturales puede actuar como un colchón frente a presiones externas. Sin embargo, el desafío está en diversificar nuestras fuentes de ingreso para no depender exclusivamente de ciclos de precios altos en minerales”, explicó Ocampo.
Expectativas para 2025

El próximo año se perfila con oportunidades para consolidar el desarrollo. Proyectos como las obras de saneamiento en Puno, Callao y Piura; el desarrollo agrario en Majes, Siguas y Chavimochic; y la ampliación de infraestructura en regiones como Amazonas y Loreto serán fundamentales para dinamizar la economía regional.

Además, la entrada en operación del ya mencionado Puerto de Chancay y la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez posicionarán al país como un hub estratégico en Sudamérica. Se espera que sectores como hidrocarburos, agropecuario y pesca lideren el crecimiento desde la oferta, mientras que la inversión privada y pública serán los principales impulsores de la demanda.

El 2025 plantea un reto clave para el país: mantener el equilibrio entre el dinamismo económico y la sostenibilidad fiscal. Con un entorno preelectoral, será fundamental evitar medidas populistas que puedan desestabilizar el presupuesto público. Por otro lado, el impacto de los nuevos tratados comerciales en sectores como agroexportación y manufactura será un punto crítico a monitorear, ya que podrían aumentar la participación de estos sectores en el PBI hasta en un 10 % en el mediano plazo”, concluyó Ocampo.