El informe global de EY revela que el 82 % de los encuestados usó soluciones de IA en los últimos seis meses. No obstante, un 75 % teme la desinformación y un 67 % advierte riesgos sin supervisión humana.
El 60% de los encuestados acepta que la IA pueda ayudar a prevenir delitos, pero solo el 45% confía en ella para tomar decisiones jurídicas y apenas el 37% está abierto a recibir recomendaciones médicas a través de esta tecnología.
La inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una tecnología emergente para convertirse en una herramienta integrada en la vida cotidiana de millones de personas. Sin embargo, su uso sigue despertando inquietudes. Según el EY AI Sentiment Index Study, el 82% de los encuestados afirma haber utilizado conscientemente soluciones basadas en IA en los últimos seis meses. Sin embargo, solo el 57% señala sentirse seguro con su uso, lo que revela una brecha entre la adopción tecnológica y la confianza del usuario.
“Uno de los principales desafíos de las organizaciones es generar una mayor confianza en el uso de IA, para que las personas reconozcan su valor y vean potenciadas sus aptitudes. Aquellas organizaciones que la integren de manera ética, transparente y humana no solo acelerarán la adopción, sino que definirán el papel de esta tecnología en la sociedad del futuro”, señala Francisco Escudero, Socio de Consultoría de EY Perú.
Según el EY AI Sentiment Index Study, las principales preocupaciones de las personas al utilizar IA están relacionadas con la privacidad, el control y la transparencia que involucra esta tecnología. En ese sentido, el 75% de los encuestados expresó su preocupación por la desinformación generada por la IA, mientras que un 67% teme que esta se vuelva incontrolable sin una debida supervisión humana. Además, un 64% manifestó inquietud por el uso de datos personales sin consentimiento.
Asimismo, el estudio también indica que las aplicaciones que involucran IA más aceptadas a nivel mundial son aquellas que están relacionadas con la experiencia del cliente y la prevención de fraude financiero. Por el contrario, donde hay mayor rechazo es en aquellos aplicativos que reemplazan decisiones humanas de alto riesgo, como en procesos legales o en la contratación de personal. Por ejemplo, el 60% de los encuestados acepta que la IA pueda ayudar a prevenir delitos, pero solo el 45% aprueba que tome decisiones jurídicas y apenas el 37% está abierto a utilizar esta tecnología como profesional médico.
En línea con ello, el estudio destaca que los usuarios se sienten más seguros y receptivos hacia la inteligencia artificial cuando tienen la posibilidad de familiarizarse con ella a su propio ritmo, en entornos confiables y con objetivos bien definidos.
“Es esencial que las organizaciones promuevan espacios de exploración —ya sea mediante pilotos internos, programas de formación o herramientas accesibles— para facilitar la adopción tecnológica y posicionarse estratégicamente frente al cambio”, explica Escudero.
Finalmente, el informe revela que un existe un camino por recorrer por las empresas en cuanto a la confianza de sus colaboradores sobre la gestión de la IA. Así, la confianza en las empresas tecnológicas alcanza el 49%, pero es menor en sectores como servicios financieros (42%), salud (47%), gobierno (39%) y medios de comunicación (38%).
“Cerrar la brecha de adopción de la IA requiere algo más que tecnología avanzada. Exige que los líderes construyan una confianza genuina y creen oportunidades significativas de aprendizaje y exploración. El futuro de la IA no está en reemplazar a las personas, sino en impulsar su potencial”, finaliza el Socio de EY Perú.