Medios probatorios fueron admitidos en reciente audiencia y proceso pasa a juicio oral
Malhechores le cortaron dos dedos y una parte de las orejas
El proceso judicial por el caso del secuestro del empresario trujillano Iván Díaz Garrido muestra un importante avance.
La defensa legal del agraviado se pronunció y brindó declaraciones a periodistas locales.
MINISTERIO PÚBLICO CONTUNDENTE
En reciente audiencia de control de acusación fueron admitidos los medios probatorios contra los imputados, tras una impecable sustentación de la fiscal Elena Jara Castañeda.
Fue así que la magistrada Irene Cruzado Zapata, del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria de Trujillo, resolvió que se pase a la etapa de juicio oral, manteniéndose la demanda del Ministerio Público de cadena perpetua para cuatro personas.
Tres se encuentran cumpliendo prisión preventiva (José Raúl Córdova Arteaga, Jakelin Marina Rodríguez Vega y Edward Sebastián Amaya Bendezú), mientras que la ex pareja de Díaz Garrido, Juanita Alejandra Guibert Sandoval (hija del otrora consejero regional por la provincia Gran Chimú, Carlos Guibert Gallardo), lleva el proceso en libertad.
NO SE HIZO PRESENTE
En sus declaraciones a la prensa, sin embargo, Víctor Peralta Miranda y Juan Pablo Vásquez García, abogados del empresario afectado dieron a conocer que esta última mujer, Juanita Guibert, acaba de ser declarada reo contumaz, al no presentarse en la última audiencia por un caso de violencia familiar, en el que también está investigada por reiterativas agresiones verbales y físicas al empresario.
Los letrados informaron a los medios de comunicación detalles de los procesos y saludaron la contundente intervención de la fiscal Elena Jara al momento de exponer su acusación y su pedido de cadena perpetua por el secuestro perpetrado.
DATOS
Iván Díaz fue secuestrado, el 23 de octubre del 2023, por integrantes de la banda criminal “Los Pulpos” que después le cortaron dos dedos de la mano derecha y una parte de las orejas .
Luego de 11 días, los malhechores lo liberaron por un descampado, en Laredo. Su familia tuvo que pagar 250 mil dólares (casi un millón de soles) para que no lo maten.
