Periodista: Iván Morales Díaz
Miles de empresas y negocios se han visto obligados a cerrar sus actividades comerciales por motivo de las extorsiones a causa de la criminalidad en La Libertad, lo que podría generar en un mediano plazo graves problemas en la economía de nuestra región.
La violencia criminal en crecimiento se ha consolidado demasiado en los últimos 20 años, a tal nivel que ahora son organizaciones debidamente estructuradas, con objetivos mucho más ambiciosos, como declarar la guerra al Estado para producir el terror en la población.
El ataque a la Fiscalía con explosivos de amplio espectro es la primera señal de poder de la nueva tendencia de terroristas urbanos que pretenden someter al Estado para conseguir sus fines delictivos.
Pero ¿Cómo llegan estos explosivos a manos de los criminales y quién es el organismo responsable de controlar el suministro de estos artefactos?. En esta breve investigación trataré de explicar la ruta que se inicia en el fabricante y concluye en las siniestras manos de los extorsionadores.
¿CÓMO LLEGA A LOS CRIMINALES?
Entre los fabricantes de artefactos explosivos más conocidos tenemos a Famesa, Orica y Exsa. Estos venden sus productos sólo a las empresas mineras que tengan autorización de SUCAMEC, quien es el organismo que, entre determinadas funciones, se encarga de controlar y supervisar la fabricación y comercio de armas, municiones y explosivos en el país
SUCAMEC debería tener información detallada de cada explosivo que se fabrica, a quienes son vendidos, su almacenamiento en polvorines y el número de estos que fueron detonados para fines mineros.
Sin embargo algo sospechoso estaría sucediendo en el proceso. Cada cartucho de dinamita que se vende de manera legal tiene un costo de entre S/ 150 a S/ 250 dependiendo de la potencia y características del producto. Y aquí empieza la ruta negra de venta ilegal en el mercado negro, el suministro sufre un desvío, pues estas dinamitas llegan a la minería ilegal (no incluyo a la minería artesanales en proceso de formalización) a un precio de S/ 3 hasta S/ 5; y a los criminales a S/ 15 y S/ 30.
ROBO Y MAFIA
Por informantes, que vamos a mantener en reserva por su seguridad, aseguran que los cartuchos de dinamitas son robados a empresas mineras, para luego ser vendidos a la minería ilegal. Sin embargo, también habrían nexos intermediarios que estarían simplificando la ruta de la venta de estos artefactos a los criminales y que será materia de investigación.